El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) informó que el huracán Beryl se intensificó a categoría 1 en la escala Saffir-Simpson la noche del domingo 7 de julio. Actualmente, el ciclón se encuentra a 105 kilómetros al sur-sureste de Matagorda, Texas; a 170 kilómetros al este de Corpus Christi; y a 275 kilómetros al noreste de Matamoros, Tamaulipas.
Preparativos y Advertencias
Las bandas externas del huracán ya han comenzado a azotar la costa texana con intensas lluvias y vientos. Los residentes han tapiado ventanas y evacuado zonas costeras en respuesta a las órdenes emitidas por las autoridades. Beryl presenta vientos máximos sostenidos de 120 kilómetros por hora, según el Centro Nacional de Huracanes en Miami.
Se espera que Beryl toque tierra en la madrugada del lunes a lo largo de la costa de Texas, aunque las autoridades advierten que su trayectoria podría cambiar. El vicegobernador de Texas, Dan Patrick, expresó su preocupación de que no todos los residentes y vacacionistas estén evacuando la zona, señalando que los caminos aún no muestran signos de congestión.
Medidas de Precaución
En localidades costeras como Port Lavaca y Freeport, los residentes y propietarios de negocios han tomado medidas de precaución. Jimmy May, en Port Lavaca, aseguró ventanas con madera contrachapada y no mostró preocupación por la marejada, recordando que su negocio no se inundó durante un huracán previo. Por su parte, Mark Richardson en Freeport expresó inquietud por la incertidumbre sobre el punto de impacto de Beryl, observando el rápido aumento del oleaje.
Impacto en el Caribe y Perspectivas
Beryl, la tormenta más temprana en alcanzar la categoría 5 en la temporada del Atlántico, ya ha causado al menos 11 muertes en su paso por el Caribe. Con vientos devastadores y marejadas impulsadas por temperaturas récord en el océano, el meteoro ha arrancado puertas, ventanas y techos.
La tormenta ha experimentado intensificación rápida tres veces en su vida, ganando 56 km/h de velocidad del viento en 24 horas o menos. Este crecimiento explosivo, impulsado por el agua caliente del Atlántico y el Caribe, indica lo que se puede esperar en el cinturón de huracanes del Atlántico durante el resto de la temporada, según expertos.